En los últimos años, se ha vuelto un patrón recurrente ver cómo la calidad de algunas de las franquicias más importantes del cine se ha visto mermada, ya sea por agotamiento creativo, falta de ideas o una ejecución deficiente. Muchas han perdido la magia y la emoción que alguna vez despertaron en el público. Sin embargo, ese no ha sido el caso de Misión Imposible. Estrenada originalmente en el año 1996 esta saga que ya lleva entreteniéndonos y llenando salas de cine desde hace ya 30 años, ha sabido mantener un listón bastante alto en todas sus entregas dentro del género de acción y los blockbusteres, siempre desafiando los límites de lo que es capaz en la gran pantalla.
Entonces queda la pregunta: ¿es esta última entrega un cierre digno para esta legendaria saga? La respuesta es confusa, ya que poseía todos los elementos para ser un cierre épico, pero que queda al debe en algunos aspectos que sus anteriores ya habían amaestrado, convirtiéndola en una experiencia algo decepcionante.

Primero la película sufre mucho a la hora de ser una secuela directa (o una segunda parte), ya que su guion abusa de sobremanera de la exposición de su historia, seguramente por el miedo de los desarrolladores al pensar que el público se perdiera en ella. Por lo tanto, tendremos extensas conversaciones entre los personajes explicando todo lo que está sucediendo a cada minuto, lo que hace sentir al guion poco natural y muchas veces forzado, además de quitarle personalidad a los distintos integrantes que forman el equipo de Ethan Hunt, que cumplen mayoritariamente la función de escupirnos el plot de forma recurrente y que, debido a las casi tres horas de duración de la cinta, puede resultar algo tedioso. En este ámbito también se ven afectadas las fuerzas que están en contra de nuestros héroes. En esta ocasión la principal amenaza viene de una poderosa I.A y sus secuaces que luchan por tomar el control del ciberespacio y poner en jaque a las mayores potencias de nuestro planeta. Al ser una amenaza sin rostro y con poca personalidad, se pierde bastante la tensión y confrontación que podría resultar de estos encuentros. Y el villano humano, principal punta de la lanza de esta I.A, resulta ser poco carismático que nunca nos hace sentir un miedo real o amenazador frente a la situación que se plantea.

Pero algo que siempre ha destacado a la franquicia han sido sus increíbles sets de acción trepidante y sin descanso, dejándonos algunas de las secuencias más memorables dentro del género de acción. En este apartado la cinta presenta puntos más favorables que de por si valen el precio de la entrada al cine. Aquí la película brilla debido, como ya se sabe, al increíble trabajo de del equipo y sobre todo Tom Cruise a la hora de situarse al filo del peligro para entregarnos por lo menos dos secuencias que resultan muy adrenalínicas y que se encuentran muy a la altura de lo que se espera de la saga. Faltó un poco de impacto y crudeza en algunas de las escenas de acción más pequeñas o de transición sobre todo en momentos de combate cuerpo a cuerpo, los cuales se ven a abordados de una manera más ligera y que no se encuentran a la altura de lo que ya nos ha demostrado la saga en todo este tiempo.
En aspectos técnicos la cinta posee un buen nivel en cuanto a trabajos de cámara y sonoros. La banda sonora es trepidante y familiar para todo fan de la saga, siempre inyectando adrenalina y urgencia a cada momento. La cinematografía resulta cumpliendo su función en los momentos más intensos, dándonos largas y amplias tomas de la acción que aumentan de manera positiva el espectáculo en pantalla. Donde queda un poco al debe es como la cámara se sitúa en los momentos más calmos y emocionales entre los personajes, resultando un poco vacía y no situando un estilo o propósito en concreto.
En conclusión, esta entrega no alcanza a ser el punto más alto de la saga ni la más memorable. Presenta algunos problemas de ritmo y ciertas debilidades en el guion, aspectos que películas anteriores supieron manejar con mayor destreza. Sin embargo, sigue ofreciendo elementos que cualquier fan de Misión Imposible sabrá valorar: secuencias de acción que superan los estándares de Hollywood y una dosis bien medida de nostalgia que sirve como despedida (al menos por ahora) de una franquicia emblemática.