El género de cintas de zombis es probablemente uno de los más explotados en la historia, ya sea en el cine, videojuegos, etc. Esto se debe a la afinidad del público por ver a estos seres grotescos morir en pantalla, al igual que en las infinitas posibilidades narrativas que estas películas poseen. Cuando las historias pasaron más allá de los zombis, se comenzó a explorar el lado humano de la supervivencia y cómo la sociedad y la misma naturaleza del hombre muestra su lado más crudo de cara a la extinción.
El director británico Danny Boyle nos entregó en 2002 con la película Extinción, una de las versiones más crudas y realistas dentro del género. Grabada casi enteramente en cámaras de baja definición y sacando el mayor provecho artístico de un modesto presupuesto convirtieron a esta película, en una de culto a través de los años, gracias a su innovación y una aproximación tan tensa a la hora de mostrar el horror del fin de los tiempos. Después de casi 20 años dormida, esta saga retoma de la mano del mismo director y con guión cortesía de Alex Garland (Ex-machina, Civil War), con una entrega que mantiene su legado visual, sus historias humanas, su moralidad gris y por supuesto la violencia y tensión necesarias en este tipo de género.

Extinción: la evolución, retoma este mundo 28 años después del brote. Se percibe durante toda la película un ambiente muy sombrío, de finalidad y mortalidad, donde los vestigios humanos son mínimos y la esperanza de la humanidad es mostrada a través de una pequeña comunidad en una isla, donde los esfuerzos y sacrificios de cada persona, la han convertido en un espacio algo más seguro. Aquí inicia la historia de nuestros protagonistas el cual posee un elenco muy fuerte y en él todos realizan un trabajo sobresaliente, ya que la película posee una historia simplista, pero se centra mucho más en la exploración de las emociones humanas, la familia y lo que significa mantener una especie de normalidad dentro de un mundo que perdió su humanidad. Aaron Taylor-Johnson y Jodie Comer reflejan muy bien estas disfuncionalidades mostrando personajes vulnerables, pero a la vez con decisiones y actos cuestionables que nos muestran hasta qué punto se desvía la humanidad de su naturaleza o si su naturaleza siempre ha sido cruda en primera instancia. Pero mi mayor halago va para Alfie Williams, que encarna el hijo de nuestros protagonistas y nos entrega un trabajo actoral que me sorprendió mucho ya que carga con los mayores puntos emocionales narrativos sobre sus hombros, mostrando un miedo, inseguridad muy creíble en un niño de doce años en estas situaciones.
Pero claramente la principal punta de lanza de esta película son los mismos zombis. Esta vez mostrados en un ambiente y comportamiento mucho más primitivo y violento que nunca. El film cuenta con secuencias excepcionales, que gracias al uso de su increíble cinematografía nos hace sentir la opresión y el miedo en primera persona. Las tomas y la edición (muy al estilo Danny Boyle) son muy hiperactivas y caóticas, pero tal y como lo hizo el director Paul Greengrass con su trilogía Bourne, es un caos controlado y sin la intención de ocultar detalle o violencia, sino que para aumentarla y regalarnos unas escenas sacadas de una imaginación pesadillesca que aumentan mucho el valor cinematográfico del film.
El sonido y la música poseen algunos beats y puntos muy sobresalientes en algunas escenas y más contemplativos en otras manteniendo una tensión constante durante todo el film, incluidas algunas sacadas directamente de audios reales como es el poema recitado que ya vimos en los tráileres y el cual me complace mucho escuchar en la película pues agrega una capa casi de paranoia y locura que aporta mucho a la vibra en general por la que está apostando el film.

En cuanto a puntos bajos, la película posee un tono sombrío y serio durante toda su duración, hasta la escena final. Esto puede ser subjetivo y gustar o no gustar dependiendo del espectador, pero en mi opinión la escena final traiciona la propia naturaleza de la película terminando en una escena muy aleatoria, con un tono a mi parecer algo burdo y fuera de lugar y que narrativamente no aporta nada al resto del film, que podría ser cortada y la película solo se beneficiaria de esto.
Y dejando ese punto claro, no puedo más que recomendar esta película a todo fan del cine de terror y zombis. La violencia, la moralidad y la crudeza están ahí, aportando algunos aspectos que en lo personal jamás había visto en este género, en especial algunas decisiones tomadas hacia los mismos zombis que me parecen muy interesantes y que deseo que el espectador los pueda experimentar por sí mismo.