Reseña|Chespirito: sin querer queriendo, grata sorpresa de serie.

Siguiendo la ola de biopics que han conquistado tanto el cine como las plataformas de streaming, era solo cuestión de tiempo para que le tocará el turno a uno de los artistas más icónicos y queridos de Latinoamérica: Roberto Gómez Bolaños. Creador de personajes entrañables como El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado, su legado ha marcado a generaciones completas y su influencia cultural sigue viva hasta el día de hoy. Con semejante historial, la idea de una serie que explorará cómo nacieron estos personajes y, más importante aún, quién era el hombre detrás de ellos, resultaba tan fascinante como desafiante. Porque si bien su obra es ampliamente conocida y celebrada, el lado humano de Bolaños, con sus luces y sombras, aún permanecía en gran parte desconocido para el gran público.

La tarea, sin embargo, no era sencilla. Tras su fallecimiento, el universo de Chespirito ha estado envuelto en controversias por los derechos de uso, disputas familiares y la manera en que se debe preservar su legado. En ese contexto, esta producción fácilmente podría haber naufragado en aguas turbulentas. Pero, para sorpresa de muchos, incluyéndome, la serie logra sortear estos escollos y entrega un relato íntimo, emotivo y honesto. Nos muestra no sólo al genio creativo detrás de los programas, sino también al ser humano con sus virtudes, contradicciones y pérdidas. Porque si algo deja claro esta biopic (o bio serie) es que, a pesar del éxito y el cariño del público, la fama no siempre viene sin costo. Algunas de esas pérdidas, tal como se retrata, son profundas y a veces, irreparables.

Uno de los grandes aciertos de la serie es su sólido elenco. Para los fanáticos y conocedores de la obra de Bolaños, resulta gratificante ver cómo cada actor logra representar con fidelidad y respeto a los personajes que marcaron generaciones. Las actuaciones están impregnadas de cariño y esfuerzo, lo que facilita una conexión inmediata con los espectadores. Destaca especialmente Pablo Cruz Guerrero en el rol de Bolaños. Su interpretación es magistral y constituye el corazón emocional de la serie. Era fundamental que el personaje principal fuera representado con profundidad y respeto, y Guerrero logra exactamente eso, ofreciendo una actuación que sostiene la calidad del proyecto de principio a fin. Otro aspecto notable es la forma en que la serie retrata los procesos creativos de Bolaños. Lejos de ser una figura distante, se nos presenta como un artista profundamente empático, capaz de captar el espíritu de su época y transformarlo en personajes entrañables, cargados de humanidad, humor y sencillez. Esta visión humanizada y reflexiva del proceso creativo aporta una dimensión muy valiosa para entender por qué sus obras siguen vigentes décadas después.

En conclusión, la serie Chespirito: sin querer queriendo es un imperdible para los fans tanto de la obra de Bolaños como para los que quieran conocer de ellaA través de sus 8 episodios navegaremos tanto en los logros como las dificultades del artista con un buen ritmo y un gran elenco acompañado de una gran puesta en escena. Quizás entre los puntos negativos está en que los que no disfrutaron de sus programas o crecieron con ellos no lleguen a conectarse mucho con la serie, especialmente con el cambio de nombre de algunos personajes, pero que son fácilmente reconocibles. Lo otro es tener claro que esta serie es un punto de vista de sucesos que pueden ser contados de manera distinta por cada persona que los vivió, por lo cual no estamos ante hechos irrefutables por lo cual se pueden interpretar de mala manera si no estamos con un punto de vista más amplio. La vida de Bolaños debía ser contada de una de las maneras que más amo en su vida, y que fue la audiovisual.