Resident Evil 4 (2023): el arte del remake.

Capcom está en racha. Esto es algo ya difícil de debatir debido al increíble camino que la compañía ha recorrido hasta el punto en el que se encuentra ahora. Luego de varios años de tropiezos y entregas a un nivel pasable e incluso mediocre en algunas de sus IP más importantes (siendo Resident Evil, la más destacada dentro de estas), era momento de un cambio. Cambio que comenzó con el aclamado Resident Evil 7 Biohazard. Videojuego que los fans de la saga y los nuevos jugadores disfrutaron por igual, ya que retomaba la fórmula que hizo grande a la franquicia en primer lugar y recuperando su corona en el género del survival horror, y que más importante aún, encendió la chispa en Capcom sobre lo que sus fans llevaban esperando durante años. Junto con la creación de un nuevo motor gráfico, el RE engine, Capcom vio la oportunidad perfecta para traer de vuelta a sus más clásicas entregas con una visión nunca antes vista en la historia de la saga y sorprender tanto a los veteranos, como a la nueva generación.

Siendo Capcom no ajeno a crear remakes de calidad, como fue el caso del remake del Resident Evil original en el año 2002, en el que no solo se vieron las claras mejoras gráficas, si no que demostró una increíble versatilidad y habilidad a la hora de abordar un juego tan querido, logrando mantener la familiaridad del mundo creado, si no que agregando suficientes sorpresas para que el juego se sintiera fresco y que hacían de este remake una experiencia reconocible pero a la vez totalmente nueva (algo realmente difícil de lograr).

Sobre este mismo lienzo se desarrolló la nueva trilogía de remakes que comenzó con el increíble Resident Evil 2 Remake en el año 2019, yendo incluso un paso más allá cambiando la perspectiva fija del juego original a una por sobre el hombre del personaje. Perspectiva innovada por la misma Capcom con el Resident Evil 4 original allá por el año 2005 y cambiaria para siempre el género de shooter en tercera persona. Como podemos ver, la compañía se alimenta de sí misma y su propia historia. Tomando las virtudes de los videojuegos que hicieron grande a la misma, aprendiendo los errores de las entregas que le hicieron perder su supremacía en el género y trazando un nuevo camino marcado por la atención a la calidad de sus nuevos proyectos, y llegando al punto que nos convoca hoy. Resident Evil 4 Remake es una excelente fusión de todo lo aprendido en estos años y nos trae el videojuego de la franquicia más ambicioso hasta la fecha.

Mas allá de las diferencias graficas respecto al original, este es definitivamente el juego de Capcom más pulido y potente hasta la fecha. No solo en apartado gráfico y de físicas (que es de lo más notable que he visto en este género), sino que también en su apartado artístico. Las icónicas zonas del juego original vuelven en su mayor esplendor. La villa, el castillo y la isla se sienten, otra vez, familiares, pero como si las estuviéramos hablando explorando por primera vez. Nuevos caminos y atajos, junto con áreas más extensas de los clásicos escenarios y cambios en los diferentes aspectos como los puzles, enemigos y la aparición de estos sorprenden constantemente al veterano del original al igual que al recién llegado.

Esto aplica también a las diferentes innovaciones en las mecánicas base del videojuego. Como ejemplo, hablemos del cuchillo. El cuchillo era una herramienta para usos bastante específicos en el original. En este remake se le ha dado una importancia vital al uso del cuchillo con la implementación del “parry”. Una mecánica tan simple, pero que agrega una capa totalmente nueva al combate, volviéndolo mucho más estratégico, frenético y al final de cuentas mucho más entretenido a tal punto que no podremos volver al juego original sin echar de menos esta mecánica y tratar de hacer “parries” a cada ataque. Esto solo alaba la excelente noción de los desarrolladores al momento de innovar un remake.

Sabemos que Resident Evil 4 se desvió de sus predecesores en cuanto a la formula survival horror por un tipo de tensión mas centrada en la acción, las hordas de enemigos y la violencia con la que estos atacaban al jugador, pero también manteniendo la rigidez y la forma tosca en la que se controlaba al personaje, como es el caso de no poder moverse mientras se esta apuntando. Gracias a los años y las distintas mejoras tecnológicas que se han implementado en el género, esto es cosa del pasado. Ahora con Leon poseemos una movilidad absoluta y mucho más fluida. Podemos apuntar y movernos al mismo tiempo, como también tenemos un control total de la cámara que nos permite estar siempre atentos a nuestro entorno y eso sumado a las fluidas físicas que posee nuestro protagonista para esquivar y sortear a los diferentes enemigos. Además, se implementa la acción de poder agacharse, la cual sirve no solo para aproximaciones mas sigilosas a las distintas situaciones, sino que también nos permite esquivar ataques enemigos. Esto, mas el nuevo sistema de “parry”, dan paso a enfrentamientos memorables que demandan un total estado de alerta de parte del jugador, sobre todo en los niveles de dificultad más altos.

Pero no solo en el protagonista se han centrado las mejoras, y cabe esperar que los enemigos estén también a la altura de estas mecánicas. En este remake se nos presentan enemigos mucho mas rápidos e inteligentes, los cuales te rodean y acorralan de una forma mucho más agresiva, pero a la vez mas estratégica. Siempre estarán instalando trampas para pillarte desprevenido y buscando tu espalda, situándonos en un estado constante de peligro que obligan al jugador a estar en movimiento y alerta en todo momento.

Tanto frenetismo y acción no alejaron a este remake de potenciar enormemente los momentos más terroríficos del juego original. El encuentro con Garrador y en especial los bizarros regeneradores destacan por su excelente y sofocante ambientación, esto gracias a la increíble iluminación, sonido ambiental, banda sonora y por una general mejora en las físicas que vuelven a los clásicos enemigos, mas amenazadores que nunca. Esto junto con las increíbles animaciones de desmembramiento, daño realista que reciben los enemigos y las mil y una formas en las que Leon puede morir, transforman la experiencia en un espectáculo visceral digno de apreciar.

Los personajes y la historia reciben un tratado similar. Se hicieron algunos cambios en la narrativa de la historia, así logrando una coherencia mayor de los eventos y también se les dio un mayor trasfondo y personalidad a los personajes más importantes para volverlos un poco más tridimensionales y con motivaciones más comprensibles y creíbles, pero esto sin dejar de lado ese dialogo y tonos al más puro estilo de cine B que poseía el juego original. Se agradece el hecho de no intentar volverlo un juego lúgubre o fiel a la realidad, sobre todo si segundos después tendremos a nuestro protagonista deteniendo una motosierra con su cuchillo. Por lo que lo considero una decisión totalmente acertada.

Pero creo que el aspecto más notable por parte de los desarrolladores a la hora de abordar este remake el simple hecho de mantener la esencia del original, especialmente en el aspecto que concierne al ritmo. Uno de los aspectos más destacados del juego original fue obviamente lo increíblemente entretenido que era. Era un juego en el que siempre querías seguir avanzando gracias al increíble ritmo con el que te presentaban a los enemigos, los distintos escenarios y situaciones que mantenían al jugador al borde del asiento. Los desarrolladores fueron increíblemente inteligentes en mantener este ritmo el cual se ve potenciado gracias a las innovaciones ya mencionadas, como también por el nuevo frenetismo de los combates y el total control que posee el jugador sobre León. Es una experiencia increíble y que solo puede ser disfrutada en su totalidad con tus manos en el mando.

¿Y que sigue ahora para Capcom?. ¿Un remake de Resident Evil 5?, ¿Resident Evil 9?, ¿o será mejor centrarse en sus demás franquicias?

Es una pregunta que no me atrevo a responder. Solo sé que este es el camino. El camino del mimo y la atención a la calidad de los videojuegos, como siempre debería haber sido.