Treinta y dos años desde la publicación del primer tomo en la revista Afternoon de la editorial Kōdansha, el manga Kiseijū escrito e ilustrado por Hitoshi Iwaaki aún se mantiene vigente.
A pesar de que ya ha tenido dos adaptaciones como live action, el manga “Bestias parasitarias”, luego de empezar a publicarse en 1988 y que finalizara en 1995, al fin tiene una adaptación al anime. Esta adaptación de 24 capítulos, titulada Kiseijū Sei no Kakuritsu, o en inglés Parasyte: The Maxim, fue producida por el estudio Madhouse y licenciada por la distribuidora Sentai Filmworks para Estados Unidos y Sudamérica posteriormente, Netflix adquirió los derechos para transmitir el anime y se estrenó en su plataforma el 15 de mayo de 2020.
Parasyte, es un seinen que nos muestra la sociedad actual que fue invadida por vida extraterrestre, quienes, en un principio, necesitan a los seres humanos para poder sobrevivir. La historia se desenvuelve alrededor de Shinichi Izumi, quién en medio de la noche cree estar luchando con una especie de serpiente, suceso que en la mañana piensa que sólo fue un sueño, hasta que se da cuenta que su mano derecha ya no es la misma, y es que el parásito, Migi, que llegó a la tierra, sin saber su objetivo, come el brazo derecho del protagonista y comienza a coexistir con él.
El primer capítulo es muy rápido y a mi parecer la situación de Shinishi y Migi, pasa desapercibida, el protagonista se asombra, pero se resigna rápidamente. Pensé en dejar de verlo ya que encontré muy simplista su reacción, sin embargo, le di una segunda oportunidad y seguí viéndolo. Claramente esta es sólo una adaptación de un muy buen manga, que en su época era revolucionario por lo que los sucesos en el anime deben ir mucho más rápido. Además, el opening es maravilloso, si quieren escucharlo completo este se llama Let Me Hear de Fear, and Loathing in Las Vegas.
A medida que avanza la historia veremos el crecimiento de los personajes, desde el punto vista de la humanidad y de la vida extraterrestre y es que Migi no llegó sólo a la Tierra, existen otros como él pero que en vez de ocupar una extremidad de los seres humanos ocuparon directamente el cerebro, meta principal de estos seres, controlar la mente y cuerpo de su huésped.
Luego de varias situaciones difíciles para el protagonista, éste decide ayudar a los de su especie, identificando a otros como Migi, es aquí donde entra un personaje importante en la trama, Reiko Tamiya, el parásito que habita en el cuerpo de una profesora de la escuela de Shinichi, quién desarrolla una inteligencia superior a la de Migi. Reiko, al principio estudia a los humanos hasta tal punto de entenderlos y empatizar con ellos, un razonamiento poco común para los de su especie ya que esta se caracteriza por ser lógicos y pensar en bien común en base a la sobrevivencia.
Este anime trata temas existenciales sobre si somos los únicos en el universo, y si existe vida extraterrestre ¿estos viven entre nosotros? ¿los podríamos identificar? Al fin y al cabo, lo que explica Migi, es que su nacimiento fue creado por el universo, todos somos hijos de la humanidad con un propósito, si bien al principio no se sabe a qué venimos al mundo, todos tenemos un papel importante en él.
Y es que en Parasyte, podremos ver parásitos buenos y malos, algunos que quieren eliminar a la humanidad y otros que viven entre la multitud pasando desapercibidos y adaptándose.
A pesar de ser una adaptación que demoró treinta y dos años, el resultado está muy bien logrado, el dibujo y las escenas están muy bien adaptadas a la época actual pero no pierden la esencia del manga. Los paisajes, las escenas de las peleas, las muertes es algo gratificante de ver por la calidad de los detalles.
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A este anime, por su calidad tanto en imagen, historia y diálogos, le doy 5 cafés.