Recomendado |Good Bye, Lenin!

En tiempos donde es común que los debates políticos se conviertan en temas perfectos para destruir amistades o alguna relación humana que poseamos o que pretendamos crear, es recomendable tomarse el tiempo y ver una película que abarca muchos temas que ayudan al debate de ideas y que resalte en especial el tema de la distancia que tomamos cada vez que nos cegamos ante un ideal. Good Bye, Lenin!, es una cinta alemana estrenada en el año 2003, nos cuenta la historia de Alexander Kerner (Daniel Brühl) en su esfuerzo de intentar que su madre pueda vivir de la mejor manera el proceso de recuperación de una enfermedad grave que está acotando su vida. Acá el elemento del contexto político de la compleja unificación de Alemania que vivió a finales de los años ochenta, toma el principal protagonismo, ya que la madre de Alex es una fiel seguidora del Partido Socialista Unificado de Alemania y que durante su estado de coma no pudo presenciar dicho proceso histórico.

Dentro de los aspectos que destaco de la película, es como abarca el proceso humano interno de construcción de la realidad, o en este caso la construcción de una sociedad ideal específicamente. Con el paso del tiempo no llegamos a darnos cuenta como marcas, productos, grupos políticos, medios de comunicación en otros factores, nos “fabrican” una realidad que podemos estar o no de acuerdo con ella. En algunos casos forzar esta construcción a nuestros ideales nos lleva renunciar a la idea de aceptar otros puntos de vistas, y en casos más extremos alejarnos de nuestros seres queridos. La crítica que puedo entrever en la cinta es la delicada línea que existe entre la realidad con los ideales adoptados y como estos pueden cambiar de un punto a otro de manera brusca, a veces sin más avisos y que solo al final del día nos queda la sensación que las cosas ya han cambiado. En este punto el paso del tiempo ayuda mucho a percibir como los ideales son contrastados por la misma vida u otros ideales.

Good Bye, Lenin!, contiene un marcado toque humanista en mostrarnos la trama, dejando en claro como los personajes con sus distintos contextos van viviendo y asimilando (en otros no) el contexto histórico en el cual están viviendo, y que al parecer mucho no pueden hacer para cambiarlo. Esta sensación de como personas estamos limitados a nuestro contexto histórico-social nos ayuda a acércanos más a ideas más esenciales y de origen, como son las relaciones personales y nuestra familia.

La cinta toca muchos temas y los entrega con los toques de drama y comedia en justa medida, es difícil clasificarla solo como un drama puro (por más que los servicios de streaming cataloguen a una película por una o dos escenas), si bien se tocan varios temas complicados, es plausible ver el esfuerzo de que los mensajes fueran entregados de una manera fluida. La película es ideal para el debate con amigos o familiares, ya que no se limita a entregar mensajes pro o en contra de un ideal político, contrastando siempre los temas con una visión crítica de los acontecimientos y dejando al espectador como el principal actor en lograr conclusiones.