Creo que muchos podemos estar de acuerdo en que un mal viaje de alguna droga alucinógena puede ser una de las experiencias más terroríficas a las que puede ser sometida un ser humano. El solo escenario de perder el control de tu cuerpo y mente, y sin la capacidad de poder hacer algo al respecto, es combustible de pesadillas por sí solo. Es un miedo y pánico real, capaz de superar a cualquier guion cinematográfico de terror y uno del cual cualquiera de nosotros podría ser víctima.
Muchos films han tomado como recurso el consumo de drogas para el desarrollo de sus historias, incluso situándonos en la piel de los protagonistas para hacernos una idea de sus sensaciones. Pero ningún director nos ha puesto en la perspectiva de la psicodelia máxima como lo ha hecho Gaspar Noe con su film del año 2018 CLIMAX. Conocido por películas como Irreversible y Enter the void, Gaspar Noe se ha hecho de un nombre en la industria cinematográfica por su errático y poco convencional estilo de cine, temáticas e historias extremadamente oscuras y violentas que hacen de sus films piezas muy controversiales y difíciles de digerir para el público general.
Puede que su forma de hacer cine no sea de tu gusto, pero al tipo hay que reconocerle una cosa: es un director extremadamente valiente y con la confianza suficiente para realizar la película que el desea y visiona. Su lenguaje cinematográfico explota a través de la pantalla en una combinación de efectos de cámara, edición, puesta en escena y sonido instantáneamente reconocibles. Y creo que estas técnicas alcanzan un “peak” artístico en la carrera del director con CLIMAX.
Si bien CLIMAX es una de sus películas mas accesibles, sigue siendo una experiencia desafiante a la hora de adentrarse en ella. Para saber como logra Gaspar Noe sumergirnos en la psicodelia que es esta película, necesitaremos un poco de contexto, por lo que este análisis contiene ligeros spoilers.
Climax cuenta la historia de un grupo de jóvenes bailarines, que con la intención de celebrar sus rutinas de baile y compartir un rato de fiesta, pasan una noche en lo que pareciera ser una escuela abandonada en medio de la nada durante una especialmente cruda ventisca. La fiesta progresa dentro de lo normal (tratándose de una fiesta juvenil), hasta que sensaciones extrañas comienzan a apoderarse de los integrantes del grupo. Algunos sienten mareos, otros una extraña sensación de euforia. La paranoia comienza a apoderarse de ellos y lo que pareciera en un principio de una noche de goce y disfrute, se transforma en confusión al percatarse de que alguien del grupo a puesto drogas alucinógenas (probablemente LCD) en la sangría, de la cual la mayoría estaba bebiendo. A partir de este punto el film desciende en un espiral de locura y desenfado digna de las mejores películas de terror.
Lo primero que cabe destacar, y el que es un buen punto de partida para analizar cualquier película, es prestar atención a la estructura de la misma. El film cuenta con 3 actos bien diferenciados entre sí: el baile/la fiesta, las conversaciones y el caos.
EL BAILE.
En el primer acto nos vemos inmediatamente sumergidos en la dinámica de este grupo con una escena de baile magistral, en la que cada integrante muestra su personalidad única a través de su arte. La coreografía es sublime y con una energía que nos hace sentir parte de este grupo y estar ahí con ellos desde el minuto uno. Ayuda mucho que esta coreografía este realizada en un solo plano secuencia para situarnos en el lugar donde se desarrolla la historia. Debido a la gran movilidad que posee la cámara durante este primer acto, toda iluminación esta detalladamente ubicada para darle un aspecto muy “underground” o “rave” a la puesta en escena. Las interacciones del grupo son divertidas y dinámicas mientras la cámara los sigue de forma despreocupada. Todos disfrutan del momento y su “sobriedad” y la cinematografía así lo demuestra, con planos secuencias sutiles que realmente nos sitúan como un integrante mas de esta fiesta. El aspecto sonoro también es digno de mención por su rol dentro de la dinámica del film, presentándose en este primer acto con música muy enérgica, movida y alegre.
LA CONVERSACION.
La música baja un poco su intensidad y la cámara de detiene. Ya no tenemos planos secuencias si no que planos fijos, centrado ya sea en dos o tres personajes interactuando entre ellos. Aquí las dinámicas comienzan a tergiversarse entre el grupo con conversaciones mas reales, cargadas de hipocresía, chisme y morbo hacia el resto de los integrantes del grupo. Todas las interacciones, junto de la energía vistas en el primer acto, se ponen en duda a medida que los personajes se desprenden de sus mascaras. Todo pareciera ser efecto de un agente externo.
Este acto finaliza con una de las secuencias de baile mas electrizantes que he visto en cualquier medio. En donde cada integrante comienza a mostrar un comportamiento desinhibido e impredecible y dejándose llevar por la música, la cual esta vez suena a un ritmo y percusión mucho más psicodélicos, induciendo no solo a los personajes si no que, a la audiencia, a un espectáculo hipnótico del cual simplemente no puedes despegar la vista.Este acto finaliza 40 minutos dentro del film y con el director mostrándonos recién a este punto, los créditos iniciales, los cuales se interpretan como: aquí termina la “performance”. Bienvenido al caos.
EL CAOS.
La estructura y lenguaje cinematográfico utilizado hasta ahora logran situarnos no en la perspectiva de los personajes, si no que en el mismo escenario en si. Los efectos de la droga están llegando a un clímax y cada elemento previamente mencionado lo demuestra. Las tomas vuelven a ser increíbles planos secuencias, pero esta vez la cámara no es sutil ni despreocupada. Las tomas son temblorosas y erráticas mientras recorren el escenario mostrando un comportamiento totalmente nuevo en el grupo. Algunos parecen idos en un trance, otros se ven paranoicos. La música, deliberadamente, sube sus frecuencias y discordancia lo que la vuelve ansiosa, incomoda y difícil de seguir. Las acciones de los personajes se vuelven primitivas y el pánico comienza a dominar el lugar.
Ver esta combinación de elementos desplegarse frente a nuestros ojos resulta una de las experiencias más únicas para nuestros sentidos y lo más cercano a poder experimentar, lo que posiblemente puede ser el peor ataque de pánico de tu vida.
No tienes poder sobre tu mente, ni las fuertes sensaciones de tu cuerpo. La perdida de control es inminente y no hay escapatoria de ello. Puede que los personajes no lo sepan aún, pero tu sí. El descenso a la locura y el caos es en picada mientras los efectos de la droga aumentan y nos muestran lo vulnerable que puede ser el ser humano, cuando la conciencia y el raciocinio se hacen a un lado.
Creo que CLIMAX es una de las películas mas abiertas a todo tipo de audiencias dentro de la filmografía de Gaspar Noe. Si es difícil de ver en ocasiones y tiene momentos en los que sentimos que nos infecta con su ansiedad. Pero visto desde un prisma cinematográfico y artístico se vuelve increíblemente disfrutable y que da para mucho análisis. Uno de los mejores trabajos de su director.