Gracias a Planeta Editorial, tuvimos acceso al libro “Ciertos Chicos” de Alberto Fuguet, el cual fue lanzado en mayo del año 2024 y realmente me llamó mucho la atención, especialmente porque está enfocado en el año 1986, en plena época de dictadura militar, bajo toque de queda, donde se aborda la búsqueda de la identidad de dos chicos de Santiago que se encuentran gracias a su gusto en común por la música y la disquera Lado B, lugar donde comenzó su historia.
Clemente Fabres se encuentra en su cuarto año de periodismo. Un chico chileno pero crecido en una Inglaterra mucho más abierta en lo que respecta al ámbito artístico y con una mentalidad menos retrógrada, donde puede ser más libre sin sentirse juzgado o apartado por el resto de las personas solo por ser quien es. Por otro lado, Tomás Mena acaba de dar la prueba de admisión universitaria y se encuentra esperando los resultados. Mientras esto ocurre, disfruta de sus vacaciones vagando por la música, nuevos gustos y artistas que lo llenan y llaman a ir más allá.
A través de esta historia, se nos muestra un recorrido por las experiencias personales de cada uno de los protagonistas y también su círculo cercano, tanto de crecimiento, amor, amistad, pero dando énfasis en lo que respecta al contexto político en el que se encuentran, donde lentamente el país va desencadenando su descontento contra la dictadura y surgen las primeras protestas en contra de esta. Y enfoca todo esto en una reflexión profunda sobre crecer en un mundo complicado, donde ser homosexual es castigado incluso con la tortura hasta la muerte. Y también nos muestra como esta situación a nivel país influye en su relación y en el como van a actuar o cual será el siguiente paso.
El libro se organiza por capítulos relatados desde la perspectiva de cada uno de los protagonistas (primero Tomás, luego Clemente y así sucesivamente), donde cada uno proyecta su perspectiva respecto a los sucesos que van viviendo y a los sentimientos que van surgiendo en cada uno, navegando por la complejidad de estos y así mismo, la percepción de las dinámicas familiares que van influyendo personalmente en los protagonistas y como esta afecta en su proceso de desarrollo tanto personal como en su relación también.
Ciertos chicos capturó mi atención inicialmente porque trataba de una temática compleja en una época llena de discriminación y tortura a quienes pensaran distinto. Tenemos claridad de que la homosexualidad siempre ha estado y no es algo que surgió de la nada, solo que hoy en día es aceptado y normalizado, sin embargo, en la época en la que este libro se inserta, no lo era y ver la lucha y el trabajo de los protagonistas por salir adelante es lo que me motivo a leerlo.
Sin lugar a dudas no me decepcionó la elección de lectura, es el primer libro que leo del autor, por gusto, ya que en algún punto de mi educación leí “Mala Onda” y “Sobredosis” y ha pasado bastante desde aquella época como para decir si realmente me gustaron o no (ya que recuerdo que leer por obligación no era de mis pasiones favoritas en aquel entonces), pero lejos la recomiendo, especialmente si son amantes de la lectura histórica o al menos situada en suceso históricos relevantes, lo que hace que me motive aún más la lectura de este libro.
Con un toque juvenil, mezclado con el crecimiento de los personajes, es una lectura que te deja con una sensación melancólica al finalizarla, nos da un paso a la adultez de los protagonistas, permitiendo que nos identifiquemos con esa sensación de esperanza y al mismo tiempo búsqueda de la identidad que nos detalla esta historia. Los dejo totalmente invitados a leer “Ciertos Chicos” y apasionarse con el romance juvenil que nos entrega.