Película taiwanesa dirigida y co-escrita por Chung Mong-hong que se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto el 6 de septiembre de 2019 y también se presentó en el Festival Internacional de Cine de Tokio.

Si bien esta película fue seleccionada como la entrada taiwanesa para Mejor Película Internacional en el 93° acontecimiento de los Premios Óscar, no fue la ganadora, sin embargo, A Sun, recibió 11 nominaciones en el 56° festival de cine taiwanés llamado los Premios de Caballos Dorados, ganándose el premio de Mejor Largometraje y para Chung, Mejor Director. 

Un largometraje de más de 2 hrs donde podemos ver distintas temáticas que construyen la historia principal, un conflicto familiar. Si bien la película es larga, nos entrega un escenario detallado de los pesares de los personajes. 

El núcleo familiar estar compuesto por el padre, A-Wen, que trabaja como instructor en una academia de manejo, la madre, Chin, una peluquera que trabaja en un club nocturno, sus dos hijos, muy opuestos entre sí, el mayor llamado A-Hao, un estudiante ejemplar y el preferido de su padre y el menor, A-Ho, la oveja negra de la familia. 

La historia comienza cuando el hijo menor, junto a su amigo le cortan la mano a otro chico de su misma edad, hecho que los obliga a ir a la cárcel por el crimen cometido. A-Ho sale antes que su amigo y comienza a buscar trabajo, tarea difícil ya que nadie quiere contratar a un ex-convicto, pero la vida le da una segunda oportunidad y encuentra trabajo en un autolavado, todo para poder independizarse con su esposa e hijo. Todo iba bien hasta que su “amigo” lo encuentra y le pide que haga algunos trabajos sucios, A-Ho para no tener problemas con este mafioso de armas tomar decide ayudarlo de mala gana.

Por otro lado tenemos a A-Hao, quién está estudiando para entrar a la facultad de medicina y donde conoce a una chica de su clase con la cuál comienza a salir, es el tipo de hijo ideal que no le da problemas a nadie y que ayuda al prójimo, sin embargo, lo que nos muestra la historia es el peso sobre sus hombros que debe cargar al ser el centro de atención y ser el futuro de su familia. Su personalidad algo retraída y que siempre está inserto en sus pensamientos hace que nos demos cuenta que no es feliz con la vida que lleva, la manera en que abre su corazón y expresa sus sentimientos a la única que lo escucha nos advierte nunca tuvo la oportunidad de mostrar sus verdaderos sentimientos a sus padres, prácticamente era un desconocido, ellos no sabían nada de él. 

Los padres, tanto A-Wen como Chin, son padres ocupados en sus trabajos para poder sustentar a su familia, su única preocupación es su hijo menor que es quien más problemas les da, tanto es así que el padre lo niega como hijo. Es una familia de clase media que se gana el pan honradamente. Orgullosos padres de A-Hao pero que se culpan por no haber criado bien a A-Ho, cargan con la culpa de no haberse preocupado de sus dos hijos. Una visión de una familia común que trabaja para vivir, un matrimonio seco donde la madre es el único pegamento y que trata de que todos se lleven bien. 

Un guión que se centra en el peso de las expectativas no cumplidas, una tragedia inesperada, un orgullo rígido y donde el lema principal es “Aprovecha el día. Decide tu camino”. Nos muestra también un buen uso de la iluminación natural, en las escenas más importantes, el sol juega un papel muy importante y la película logra que el relato de los personajes sea acompañado por el movimiento del sol, su intensidad y sus sombras.

Dentro de la historia pasan muchos acontecimientos que tendrás que descubrir por ti mismo/a, yo sólo te doy un pequeño empujón para que le pongas play y te lleves una grata experiencia, ya que a pesar de las malas decisiones de los personajes, la película nos muestra que no todo está perdido.

Si no te gustan las películas muy largas te aconsejo que la veas en 2 partes, pero no dejes de verla ya que es una joyita del cine asiático, por lo que a esta película le doy 5 cafés.