De un tiempo a esta parte se ha hecho recurrente que los casos policiales han copado la agenda del periodismo nacional, en donde cada lector u espectador se puede sentir identificado como un actor que debe desmarañar los hechos delictivos o pasar a ser juez, siempre con las pistas e información acotada que entregan los medios de comunicación establecidos o las redes sociales. Pero es deseable nunca olvidar el enfoque que detrás de estos horribles casos siempre hay víctimas que no solo sufren la perdida de familiares o amigos, también la disociación con su entorno, rechazo social y el morbo como espectáculo.
42 días en la oscuridad es la nueva serie de la plataforma Netflix consigue reflejar muy bien los anteriores puntos, entregando una visión madura del caso que golpeó a la sociedad chilena por el año 2010, que fue la desaparición y posterior investigación por homicidio de Viviana Haeger. Un caso que a la luz de los hechos y las noticias que se entregaban, fue tornándose enigmático y casi extraño en la forma en que culminó la búsqueda y luego el hallazgo del cuerpo de Viviana.
La serie si bien se encuentra basada en ese caso y muchos de los personajes son creados para contar la historia, esta maneja la mayoría de las aristas que encubrieron en la desaparición y que hoy en día aún no hay certeza total de los hechos y como ocurrieron, quedando muchos acontecimientos en un abismo de misterio. Ahora volviendo a la serie, esta se presenta como un thriller con elementos dramáticos que comienza desde el día que se informa la desaparición, tomando todas las aristas y vuelcos en el caso, haciendo una introspección a las reacciones de los familiares y amigos cercanos en su desesperación por conocer la verdad de lo que ocurrió realmente.
Temas complejos y sensibles
Acá me voy a detener un poco, y que entre los entretelones del caso y su posterior desenlace cuesta no ponerse en el lugar de los personajes, especialmente de la familia más cercana de Verónica Montes (Aline Küppenheim). Solo ponerse en la piel de la desaparición de un ser querido cercano nos lleva a una serie de sentimientos complejos en lo cual la ira, la pena y la confusión son protagonistas de tan inquietante momento. Por lo que los personajes y elenco podemos decir con seguridad que estuvieron a la altura de tan desoladoras circunstancias. Quiero destacar el trabajo de la actriz Claudia Di Girolamo que interpreta a la hermana de Verónica, Cecilia Montes. En la cual en tomas simples y en primer plano logra expresar el dolor y soledad detrás de sucesos que se escapan a lo imaginable. También me tomó por sorpresa el papel de Daniel Alcaíno, quien interpreta al esposo de Verónica, en el cual logra personificar sin duda al más complejo de los personajes de la serie, ya que es el principal sospechoso y posible autor intelectual del crimen de Verónica y la serie nos entrega pistas de un personaje que posee una serie de conductas por así decirlo atípicas.
Hermosa fotografía y cinematografía
La serie nos deslumbra con hermosos paisajes y fotografías del sur de Chile, en donde la soledad y el rudo clima se camuflan con los duros acontecimientos que se van narrando. Los ríos y lagos al parecer intentan comunicarnos que detrás de los aborrecibles actos humanos hay una especie esperanza de paraíso terrenal. Los paisajes son el refugio de los personajes en donde a menudo los vemos reflexionar y tratar de comprender los acontecimientos que están ocurriendo y los hechos que se deben asimilar.
Para finalizar, podemos decir que en sus 6 capítulos la serie nos cuenta la historia de manera expedita y sin relatos innecesarios o forzados a la trama. También recalcar el respeto y madurez de cómo se afrontó el caso en el cual se basó, no olvidando nunca el factor humano que rodea este tipo de lamentables acontecimientos. Con un gran reparto y un historia cruda y compleja que se mezcla con una buena cinematografía y banda sonora, hacen de 42 días en la oscuridad un imperdible de la plataforma Netflix por estos días.
