Succession y la desconstrucción del diálogo.

Sabemos que el cine al igual que la televisión son un medio primordialmente visual. Muy conocido es el dicho: ¨Muestra, no cuentes¨. Esto alude a todas las herramientas con las que cuenta este formato para contar sus historias a través de imágenes, sin la necesidad de abarrotar un guion con un exceso de diálogos, cosa que, si no se hace bien, puede parecer que los creadores solo nos están dando la mayor cantidad de información posible por miedo a que su audiencia no capte la historia o el tema principal de esta.

Pero también es el diálogo nuestra principal vía para comunicarnos con el resto de las personas ¿verdad? Necesitamos el diálogo y el lenguaje para saber lo que los demás nos quieren expresar y nosotros expresarnos. Y si esto puede aplicarse de forma sublime al medio audiovisual, sabemos que estamos ante una joya en cuanto a guion.

He pasado las últimas semanas prácticamente obsesionado con Succession. Serie original de HBO y la cual cuenta con cuatro temporadas y un cierre definitivo. Debo decir que, al ver tantos capítulos en un periodo corto de tiempo, he tenido un extraño encuentro con el dialogo. El show pareciera ir poco a poco impregnándose en mi mente, hasta el punto en que cuando volvía a mi trabajo, toda conversación con las demás personas parecía, “alienizado”.

Esto llamo claramente mi atención y comencé a indagar el origen de esta sensación y que es lo que hace que el diálogo en Succession se sienta tan extraño y a la vez tan especial. Pero sin adelantarme demasiado, un poco de contexto:

Succession es la historia del magnate empresarial Logan Roy, interpretado por el gran Brian Cox, el cual, a lo largo de sus 80 años, ha logrado crear un imperio moderno en el mundo de los negocios y compañías multinacionales. Pero debido a su avanzada edad, comienzan a surgir las dudas y los miedos y también uno de los temas principales del show, ¿cuál de sus hijos es merecedor de las llaves del imperio? Aquí es donde entran Kendall, Connor, Shiv y Roman donde cada uno pareciera ser un vástago de lo que forma la personalidad de Logan. Uno tiene lo que al otro le falta, creando un dinamismo y juegos de poder que, en sus cuatro temporadas de duración, jamás aburre. Punto muy sobresaliente, sobre todo cuando la serie es 90% personas conversando.

¿Como se logra esto? Lo primero que cabe destacar es lo increíblemente divertido y cómico que resulta el show gracias a su humor negro y lo afilado de su diálogo. En donde en muchas ocasiones no sabemos qué sentido tomarles a las palabras de los distintos personajes. Si están hablando en serio o es toda una mera parodia. Los personajes parecieran tropezarse con sus propias palabras o con su siguiente línea de dialogo, provocando una inseguridad en la audiencia sobre que es lo que realmente nos quieren decir. Todo personaje esconde algo bajo su diálogo, para a su vez esconder una inseguridad. Algunos aparentan un diálogo y discurso seguro de si mismo, solo para tambalearse en sus propias palabras una vez que pierden la ventaja. Otros usan el sarcasmo continuo para decir lo que realmente quieren decir o lo que es conocido como ¨gaslighting¨, diciendo una cosa para luego quitarle el sentido a sus palabras y crear confusión y ocultar sus verdaderas intenciones. Incluso el mismo Logan Roy, el cual con su poder e influencia sobre los demás para crear climas de extrema tensión e incomodidad, donde nadie se atreve a decirle lo que realmente piensan, dándole victorias sin ni siquiera intentarlo. Básicamente nadie dice lo que realmente quiere decir. Esto resulta un deleite para el espectador y te muestra en la red de mentiras en la cual estos personajes se han criado, y crea dinamismos entre ellos que resultan perfectos para la historia que se cuenta. Este es un mundo de tiburones empresariales y serpientes corporativas, donde todos ocultan sus verdaderas intenciones para escalar en la pirámide del poder y quedar en las posiciones más ventajosas para sus propios intereses.

Muchas veces las palabras expresadas no tienen absolutamente ningún sentido dentro del contexto de la conversación. Pero es de esta forma en la que vamos conociendo a las distintas personalidades y desglosando lo que realmente quieren decir. Cuando le quitas el sentido al diálogo, solo queda la especulación y los creadores confían en su audiencia para presentar estas incógnitas.

Succession trata sobre muchas cosas, pero creo su aspecto mas destacable es su deconstrucción del diálogo. Se percibe una extensa investigación de parte de los guionistas sobre la comunicación y el lenguaje en sí, para llegar a crear conversaciones cargadas de significado, para en muchos casos, no decir absolutamente nada. Es por esto por lo que cuando un personaje se abre y habla desde la sinceridad y de forma clara, cala en lo mas profundo, no solo en los demás personajes, si no que en el mismo espectador.

Por supuesto la calidad del diálogo no seria nada, si no contara con un elenco a la altura, y Succession vaya que lo tiene. No recuerdo a ver presenciado una sola actuación que no llamara la atención por su impecable nivel. Brian Cox como el tanque corporativo, Logan Roy una actuación visceral a la hora de plasmar una personalidad manipuladora, sedienta de mas poder del que ya posee, pero también resaltando sus inseguridades de forma impecable al igual que todos los actores que interpretan y conforman el imperio Waystar. Con mención especial a Roman, plasmado de forma brillante por Kieran Culkin, en uno de los roles más sarcásticos y de humor negro, y por que no decirlo, despreciables de los que tengo memoria.

Dicho esto, queda mas que claro que no podría recomendar mas esta serie. Un Show muy dinámico y jamás plano en donde todos pueden encontrar significados y sentidos distintos para lo que se expresa y quien sabe, puede que también tengas un extraño encuentro con el diálogo.